De vez en cuando se encuentra la sofistica objeción de que el Mensaje de Fátima es solamente una revelación privada y que –por lo tanto- no debe ser creído con fe divina como los Dogmas de la Iglesia, e incluso, que se le podría rechazar sin incurrir en pecado.
Sin embargo, el Cielo mismo dio un sello público a la autenticidad y al origen divino de las palabras de la Madre de Dios con el gran milagro del sol, que el 13 de octubre de 1917 fue visto por 70,000 personas simultáneamente, y también por el Papa en Roma y publicado por los grandes periódicos del País.
Con esta magna señal dada por Dios Omnipotente para subrayar la autoridad de la voz profética de su Celestial Embajadora, Fátima dejó de ser una revelación de índole meramente privada.
Por otra parte, aunque es justo que la divina revelación concluyó con la muerte del último Apóstol, Santo Tomás, el más célebre de los Teólogos Católicos, enseña que el Don de Profecía –es decir- la revelación privada, existe también en los tiempos del Nuevo Testamento, y esto, no para aumentar la Revelación Divina sino para la dirección de las acciones humanas, en especial la de los gobernantes, para el provecho de la Iglesia y para la guía de los pueblos.
Santo Tomás de Aquino, el más Santo de los eruditos y el más erudito de los Santos, acota al respecto: “Faltando la Profecía el pueblo se desmoraliza, por eso en todos los tiempos, fueron los hombres instruidos por Dios de lo que debían practicar, según lo que convenía, para la salud de los elegidos”.
Otras citas del Santo apuntan en el mismo sentido: “La Profecía se da a alguien para el provecho de la Iglesia, y no por sí misma. Los Profetas que predijeron la venida de Cristo, no pudieron durar sino hasta Juan que señaló con el dedo a Cristo presente”.
Sin embargo –decía San Jerónimo- que no se dice porque después de Juan se excluyan los Profetas, pues leemos en los hechos de los Apóstoles que Agabo profetizó y también las cuatro vírgenes hijas de Felipe. Y en cada época, nunca faltaron algunos dotados del Espíritu de Profecía, no para dar a conocer doctrinas nuevas, sino para la dirección de la vida humana, como San Agustín refiere.
La Luz Profética se extiende también a la dirección de los actos humanos, y por esto la Profecía es necesaria para el gobierno del pueblo.
La Palabra de la Escritura Santa citada por Santo Tomás en la objeción anterior, se reafirma por eso positivamente: “Cuando falta la Profecía el pueblo se desmoraliza. No hay ninguna duda sobre este punto”.
Según Santo Tomas, Dios no enmudeció desde la muerte del último Apóstol, sino que entra en lo sucesivo, en comunicación con el hombre no solamente por la Gracia, sino también por la Revelación para dirigir la vida moral y religiosa de los hombres, según su Providencia.
La Profecía para nuestros tiempos está dada en Fátima por el Mensaje de la misma Madre de Dios.
Quiera la Jerarquía de la Santa Iglesia corresponder pronto a sus peticiones maternales, a la espera de la Consagración de Rusia por el Santo Padre que aún está pendiente. Es de todas maneras importante que se consagren personas particulares, familias, instituciones, parroquias, diócesis y países, al Inmaculado Corazón de la Reina del Cielo.
Hemos visto ya los frutos que produjo la Consagración de Portugal. El 2 de julio de 1957 el Papa Pío XII, pidió expresamente a las familias que se consagrasen al Inmaculado Corazón de María. Era el deseo de este gran Papa que, en correspondencia con la Consagración general del mundo -cada uno personalmente- se consagrase a la Bienaventurada Virgen María.
Deseamos, en consecuencia, que esta Consagración al Inmaculado Corazón de María, la podamos realizar en todas las diócesis, como también en todas las parroquias y en las familias, cuando circunstancias apropiadas, así lo aconsejen.
Consagremos entonces nuestra persona y nuestro corazón, al Corazón Inmaculado de la Madre de Dios.
Pío XII también exhortó a llevar cálidamente el Escapulario del Monte Carmelo, como expresión de la Consagración al Corazón Inmaculado de la Virgen.
En efecto, las apariciones de Fátima, revistieron al Escapulario del Carmen de nueva importancia.
El 13 de septiembre de 1917 la Virgen de Fátima había anunciado a sus tres videntes la venida de Nuestra Señora del Carmen el mes siguiente. El 13 de octubre, en el momento de la clausura del ciclo de las Apariciones, cuando la conversación de Lucía con Nuestra Señora del Rosario hubo terminado, mientras la muchedumbre contemplaba el grandioso milagro cósmico, los 3 pastorcitos gozaron de varias visiones: les fue dado admirar en pleno cielo 3 cuadros sucesivos, el último de los cuales, fue el de Nuestra Señora del Monte Carmelo recordando los Misterios Gloriosos del Santo Rosario. Esa misma tarde, Lucía relatará su visión al canónigo Formigao: “Al final la Virgen que se me presentó, me pareció ser Nuestra Señora del Carmen”.
A fines de los años 40 conversando con tres Sacerdotes de la Orden del Carmen, Sor Lucía recordó que la Santísima Virgen deseaba que fuese propagada la devoción al Santo Escapulario. Si Nuestra Señora, en su última aparición pública lo sostenía en sus manos era para animarnos a llevarlo. Así como en las Apariciones anteriores, la presencia de su Rosario había manifestado claramente los deseos de su Corazón, “el Escapulario es el signo de nuestra Consagración al Corazón Inmaculado de María”, dijo Sor Lucía.
Y el 15 de octubre de 1950 al ser interrogada acerca del uso de este Sacramental por el Padre Howard Rafferty, en nombre del Padre General de los Carmelitas respondió: “sí, ésta práctica es indispensable para cumplir con los pedidos de Nuestra Señora de Fátima. El Escapulario y el Rosario son inseparables” Llevemos entonces este atuendo de Gracias, que Nuestra Señora misma entregó a San Simón Stock al ser implorada por él. Atraeremos así grandes bendiciones sobre nosotros, y –sobre todo- recemos diariamente el Rosario, la Virgen María lo pidió fervorosamente en Fátima, en cada una de sus seis Apariciones.
Al contemplar así los grandes Misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo y de su Madre Santísima, iremos creciendo en el conocimiento e imitación de sus virtudes. Fátima y el Rosario no pueden separarse.
También se recomienda a los fieles católicos que reciten repetidas veces la Oración de la Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, aunque esto no puede reemplazar la Consagración que deberá hacer el Papa, sí puede prepararla eficazmente y adelantar su realización, y atraernos ciertamente –entre tanto- considerables bendiciones del Cielo.
Atrevámonos -si nos es factible- a suplicar a nuestros Obispos y al Santo Padre, que se dignen realizar la Consagración de Rusia, tal como Nuestra Señora de Fátima lo pidió.
¿Cómo podemos practicar el espíritu de reparación para con el Inmaculado Corazón de María? Sigamos el ejemplo de los 3 niños de Fátima y ofrezcámosle gustosamente y con fervor –día a día- nuestras cruces.
Cumplamos también la petición de los 5 primeros sábados de mes, en reparación al Corazón Inmaculado de María.
Si por la postergación de la Consagración de Rusia sobreviniesen grandes castigos –y persecuciones contra los cristianos- entonces, nuevamente no hallaríamos mejor refugio, que bajo el manto de protección de la Madre de Dios. A sus manos maternales debemos confiar nuestra vida terrenal –y sobre todo- la salvación de nuestra alma inmortal, y esto, máxime en aquellos tiempos en que tanto peligrarán ambas.
Veneremos el Corazón Inmaculado de María, veneremos a María Santísima como esposa perfecta del Espíritu Santo, como mediadora de TODAS las Gracias y como Corredentora, pues ella, participando tan profundamente de la Pasión de su Divino Hijo, padeció en su alma todo lo que Jesús sufrió en su cuerpo, llegando por este martirio espiritual a ser la Reina de los Mártires.
Son estas las Verdades que constituyen el trasfondo de Fátima ¡vivámoslas en espíritu de entrega y de reparación a la Bienaventurada Virgen, como prueba de nuestra fe y confianza!, en el sublime rol que ella, como Reina del Cielo y la Tierra, desempeña en la Obra de la Salvación y santificación de las almas, y en la mediación universal de las Gracias Celestiales, por la Voluntad de Dios Todopoderoso que así la quiso honrar a ella, su predilecta hija y Obra Maestra de Creación.
¡Regocíjate María, tú sola has vencido todas las herejías del mundo entero!
“Postrados a los pies de tu Trono de Gracia ¡Oh Reina del Santo Rosario!, queremos –en la medida de nuestras posibilidades- cumplir las exigencias que impusiste en tu Aparición en Fátima. Los atroces pecados del mundo, la persecución a la Iglesia de Jesucristo –y pero aún- la culpable Apostasía de la fe por parte de las Naciones y de las almas cristianas; el olvido por la mayor parte de los hombres de que tú eres nuestra MADRE CELESTIAL y la mediadora de TODAS las Gracias. Las innumerables acechanzas tendidas contra las almas inocentes, y especialmente, la deshonestidad de la vida y de los vestidos, y los pecados de impureza, colman tu Corazón Inmaculado y doloroso, unido estrechamente por tu compasión al Sacratísimo Corazón de tu Divino Hijo.
Para reparar tantos crímenes, Dios ha querido establecer la devoción expiatoria a tu Corazón Inmaculado, y con el fin de detener los flagelos de Dios por ti anunciados, tú te has hecho Embajadora del Altísimo para requerir del Vicario de Cristo –en unión con todos los Obispos del mundo- la Consagración de Rusia a tu Corazón Inmaculado.
Desgraciadamente de ha desoído tu Mensaje, por lo cual, queremos nosotros anticiparnos a ese bienaventurado día en el cual el Santo Padre responderá a las exigencias de tu Divino Hijo. Con esto no pretendemos atribuirnos una autoridad que no merecemos, mas bien, preocupados por la prosperidad de la Santa Iglesia en unión con todos los fieles Obispos, Sacerdotes y seglares, aspiramos a responder –en lo que nosotros atañe- a las exigencias del Cielo mediante una humilde súplica a tu Corazón Inmaculado.
Recibe ¡Oh Virgen Santísima!, en primer lugar la satisfacción que queremos ofrecer a tu Corazón Inmaculado y al Sagrado Corazón de Jesús por todas las ofensas que os infligen los pecadores e impíos.
En segundo lugar, en cuanto está en nuestro poder, humildemente encomendamos y consagramos Rusia a tu Inmaculado Corazón. Te imploramos que por tu maternal misericordia, aceptes esta Nación bajo tu protección poderosa y hagas de ella tu Imperio en el cual tú dominarás como bondadosa Reina. Transforma este País de persecución en un País de predilección y de ubérrima bendición Celestial.
Te rogamos suplicantes que sometas enteramente a ti esta Nación de modo que convertida de su ateísmo estatal, se vuelva un nuevo dominio real de Nuestro Señor Jesucristo; una nueva herencia para su manso cetro.
Que se convierta también de su antiguo cisma, a la unión del único aprisco del Eterno Pastor, para que, así sujeta al Vicario de tu Divino Hijo, llegue a ser Apóstol ardiente de la realeza de Jesucristo sobre todas las Naciones del mundo.
Además, te imploramos ¡Oh Madre de Misericordia!, que por este deslumbrante Milagro de la conversión de Rusia, fruto de tu Omnipotente Poder de Intercesión, manifiestes al mundo la verdad de tu Universal mediación de Gracias.
Finalmente ¡Oh Reina de la Paz!, danos esa paz que el mundo no puede dar, la paz de las armas".
FATIMA, VERDADERA VOZ PROFETICA.doc
FATIMA, VERDADERA VOZ PROFETICA.mp3
La Festividad es el 13 de Mayo, por lo que te dejo tambien un canto llamado así.
EL 13 DE MAYO.mp3
Oh madre de bondad, gracias por todas las bendiciones y maravillas que nos das con mucho amor.
ResponderEliminarGracias por venir a nosotros Santa Madre de Dios
ResponderEliminarGracias Virgen Santa tu amor sobrepasa todas las cosas, Concepción Inmaculada ruega por nosotros que recurrimos a ti, piadosa Virgen Maria.
ResponderEliminarCada día que pasa voy recibiendo más las bendiciones de tu amor, las promesas del Rosario.