DESCARGAR EL ROSARIO DE LA VIRGEN MARIA: MISTERIOS DE GOZO (Texto y audio mp3. Padre Moisés Lárraga - con Oraciones por Sanacion y Liberacion)



CONTIENE ORACIONES CARISMATICAS POR SANIDAD Y LIBERACION.






OREMOS:


Madre Santísima María, queremos ofrecerte este Santo Rosario para unirnos a las intenciones de tu corazón maternal; queremos Señora, pedirte por la conversión de los pecadores, por la salvación de los hombres, por la liberación de nuestras almas, y las almas de las familias, muy especialmente por las familias oprimidas, por los enfermos, por los encarcelados, para que protejas y cubras a los niños con tu precioso manto, para que protejas y liberes a los jóvenes de las acechanzas del Enemigo. Para que liberes a tu pueblo de la opresión de los injustos; para que las autoridades de nuestros pueblos reciban la presencia del Espíritu de Dios.

Señora, ilumina a los maestros que tienen en sus manos las mentes de los niños y de los jóvenes. Para que el corazón de los ricos y poderosos se vuelva misericordioso, como el de tu Hijo Jesucristo; por los honestos; por los Sacerdotes y Religiosos, por nuestros Seminaristas, por el Santo Padre, por los laicos comprometidos, por todos los que se encomiendan a nuestras Oraciones y a quienes las hemos ofrecido, y por todas las personas que escuchan este Rosario. Amén.

1) Primer Misterio: La Anunciación del Ángel a la Santísima Virgen María.

El Ángel Gabriel es enviado por Dios a Nazareth para que le lleve un mensaje a la Virgen María. La saluda así « ¡Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo!». Al oír estas palabras María se preocupó mucho y se preguntaba que quería decir semejante saludo. El Ángel Gabriel le dijo entonces «No temas María, porque has hallado Gracia ante Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús». María escuchó atentamente las palabras del Ángel, pero no las comprendió, por eso le preguntó “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” Gabriel respondió «El Espíritu Santo descenderá sobre ti. El Santo que va a nacer de ti será llamado Hijo de Dios». Cuando María escuchó estas palabras del Ángel se tranquilizó profundamente, y le contestó: “yo soy la esclava del Señor ¡cúmplase en mi lo que me has dicho!”; el Ángel se retiró. Ella, la Madre de Dios, conserva todas estas cosas en su corazón y las medita.
María Santísima anhelaba la llegada del Mesías para que nos salvara.

Madre Santa, Madre de Dios y Madre nuestra, Madre de la familia: Señora unifica nuestras familias, dale la paz a nuestros hogares, bendice nuestra casa; envía la abundancia de la Gracia, danos humildad y prudencia entre los miembros de la familia; sumisión y obediencia a Dios, respeto entre nosotros, alegría y amor. Señora ¡ven a habitar en nuestros hogares! ¡Ven con nosotros a caminar! Amén.

Padre Nuestro.
Ave María (10 veces).



Gloria.

María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,
En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.


2) Segundo Misterio: La visita de María Santísima a Santa Isabel.

María se encaminó presurosa a las montañas de Judea, para felicitar a su prima Isabel y para ayudarla. El camino era largo pero a María Santísima se le hizo corto ¡llevaba a Dios en sus entrañas! Cuando Isabel ve llegar a María, sale rápidamente a su encuentro, la abraza y la besa; Isabel exclama « ¡Bendita tu entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ». Prosigue Isabel « ¿Quién soy yo, para que la Madre de mi Señor venga a verme? », y añade « ¡dichosa tu que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor! ».
María se desborda de alegría diciendo: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo, ¡mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador!, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”. María manifiesta a Isabel el deseo de quedarse con ella para ayudarla en todo lo que sea necesario; Isabel acepta agradecida.
María participó en la alegría del nacimiento de Juan el Bautista, y volvió a Nazareth.

Madre, visita nuestra familia, Madre ¡visita nuestra casa! Madre: visita nuestro corazón. Madre, que con tu presencia bendita, que con tu visita Señora, llegue a nuestro hogar la paz. Madre, enséñanos a estar atentos a las necesidades de los demás; danos el Don del Servicio Señora. Madre, danos solicitud para ayudar al enfermo, al huérfano, al anciano, al drogadicto. Danos Sabiduría Señora, para asimilar la Palabra de Dios en nuestro corazón. Señora, bendice nuestro trabajo, enséñanos a valorarlo, a amarlo, a cuidarlo; enséñanos a no ser despilfarrados con los dones del trabajo. Madre ¡enséñanos a compartir!

Padre Nuestro.
Ave María (10 veces)




Gloria.

María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,
En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.


3) Tercer Misterio: El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

Cesar Augusto mandó hacer un censo. Los súbditos tenían que empadronarse en su lugar de origen. José y María fueron a empadronarse en Belén; a María le faltaban unos cuantos días para ser mamá. Llegaron a Belén pero no hubo lugar para ellos en la posada; José estaba angustiado y no sabía a donde ir. Finalmente José encuentra una cueva, refugio de pastores y animales, y en ella se instaló junto con su Santísima esposa. Mientras estaban ahí le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre ¡entre las pajas de un pesebre está recostado Dios, Dios hecho niño! Los Ángeles cantan un himno « ¡Gloria a Dios en el Cielo, y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad! ». Un Ángel avisa a unos pastores « Les traigo una buena noticia: hoy les ha nacido el Mesías, el Señor; y encontraron al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre ».
Los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María, a José y al Niño, recostado en el pesebre.

María, Señora, Madre has que tu hijo nazca en nuestros corazones. María, da a luz a tu hijo en el centro de nuestro corazón. Los jóvenes de este tiempo -Señora- necesitan que Jesús nazca en la cueva de su corazón. Señora, haznos tan humildes como tu y como José, como Jesús; humildes como esa cueva. Señora, haznos desprendidos; quítanos el apego al mundo, a la materia, al hedonismo. Señora ¡ayúdanos a ser humildes y sencillos!, a agradecerle al Padre el regalo de tu hijo; Señora ¡muéstranos a Jesús!




Padre Nuestro.
Ave María (10 veces).
Gloria.

María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,
En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.


4) Cuarto Misterio: La presentación del Niño Jesús en el Templo.

Los primogénitos judíos debían ser consagrados al Señor. José y María llevan al Niño Jesús al Templo.
Jesús Maestro y Mesías no viene a abolir la Ley sino a darle plenitud, por eso se sujeta a aquella prescripción. La Ley marcaba como ofrenda de los pobres un par de tórtolas o 2 pichones. Había en Jerusalén un hombre justo llamado Simeón, se encontraba en esos momentos en el Templo; el Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin primero ver al Mesías. Tomó en brazos al Niño y exclamó “Señor: ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, porque mis ojos han visto a tu Salvador”, y añadió: “este Niño ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel”, y dirigiéndose a la Santísima Virgen María le anunció: “y a ti una espada te atravesará el alma”.
Se presentó también una mujer, Ana, que se había dedicado a servir al Señor; también ella se acercó para ver al Niño y se puso a dar gracias a Dios públicamente.

Señora, preséntanos a Jesús. Madre, has que también nosotros podamos presentar tu Hijo al mundo, que lo presentemos con nuestras obras, con nuestras palabras, con nuestras acciones. El mundo necesita que le presentemos a tu Hijo, para que nos libere –Señora-, porque al Nombre de Jesús toda rodilla se dobla en el Cielo, la Tierra y los abismos, y toda lengua proclama que Jesús es el Señor.




Padre Nuestro.
Ave María (10 veces).
Gloria.

María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,
En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.


5) Quinto Misterio: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

Cuando Jesús cumplió 12 años acompañó a sus padres a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. En el Templo de Jerusalén la Sagrada Familia se une a las plegarias y sacrificios que ofrecen los Sacerdotes. Jesús niño eleva también su Oración al Padre; mira aquellos sacrificios de animales, incapaces de salvar a los hombres. José y María iban camino a Galilea pero al final de la primera jornada descubrieron que Jesús no iba con ellos. Jesús en vez de volver a Nazareth se quedó en Jerusalén; fue al Templo y se puso a platicar con los Doctores de la Ley. Al tercer día José y María lo encontraron en el Templo sentado en medio de los Doctores. María se acercó a Jesús y le dijo: “hijo mío ¿porqué te has portado así con nosotros?”. Jesús les respondió « ¿porqué me andaban buscando; no sabían que debo de ocuparme en las cosas de mi Padre? »; ellos no entendieron sus palabras, y entonces Jesús volvió con ellos a Nazareth. María guardaba todas estas cosas en su corazón. Jesús vivió con ellos como hijo de familia.

Madre Santísima: cuantas veces los hombres nos perdemos del camino de tu hijo; cuantas veces caminamos por senderos en el mundo que nos apartan de ti ¡búscanos Señora como buscaste a Jesús!, búscanos Señora y encuéntranos, aunque andemos rodando en los placeres del mundo. Busca Señora, al esposo que se ha separado de su esposa y se ha ido tras falsos placeres.




Busca Señora a la madre que ha abandonado a sus hijos ¡busca -Madre- a los hijos que han abandonado a sus padres!, encuéntranos Señora ¡encuéntranos y llena nuestro corazón de las palabras de tu hijo! Búscanos Señora cuando nuestro corazón esté triste y angustiado; cuando nuestro corazón no tenga esperanza ni fe ¡búscanos Señora y encuéntranos cuando nosotros no tengamos amor a la vida, cuando nosotros no tengamos amor a la familia, amor a nosotros mismos! Busca a tus hijos Madre cuando queramos encontrar la felicidad en el vicio, en la mentira, en el odio, en la hipocresía ¡encuéntranos Madre; rescátanos Señora!, llévanos al Templo a escuchar la Palabra de tu Hijo; llévanos Señora a encontrarnos con tu Hijo Jesús.

Padre Nuestro.
Ave María (10 veces).
Gloria.

María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,
En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.



Por las intenciones del Santo Padre (Oraciones finales):


Padre Nuestro.

Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto, en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines y a nuestros enfermos para que los sanes, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.




Dios te salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes y nuestras familias para que las liberes, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames y a nuestra Iglesia para que la Santifiques, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve María Santísima, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa del pecado original.


Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María, ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas Gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


LETANIAS A LA VIRGEN:



Señor, ten piedad de nosotros. (Se repite)
Cristo, ten piedad de nosotros. (Se repite)
Señor, ten piedad de nosotros. (Se repite)
Jesucristo, óyenos. (Se repite)
Jesucristo, escúchanos. (Se repite)
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Santísima Trinidad que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Santa María, Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros.
Santa Virgen de las vírgenes, Ruega por nosotros.
Madre de Jesucristo, Ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.
Madre de la divina Gracia, Ruega por nosotros.
Madre purísima, Ruega por nosotros.
Madre castísima, Ruega por nosotros.
Madre Virgen, Ruega por nosotros.
Madre sin mancha, Ruega por nosotros.
Madre Inmaculada, Ruega por nosotros.
Madre amable, Ruega por nosotros.
Madre admirable, Ruega por nosotros.
Madre del buen consejo, Ruega por nosotros.
Madre del Creador, Ruega por nosotros.
Madre del Salvador, Ruega por nosotros.
Virgen prudentísima, Ruega por nosotros.
Virgen digna de veneración, Ruega por nosotros.
Virgen digna de alabanza, Ruega por nosotros.
Virgen poderosa, Ruega por nosotros.
Virgen clemente, Ruega por nosotros.
Virgen fiel, Ruega por nosotros.
Espejo de Justicia, Ruega por nosotros.
Trono de la Eterna Sabiduría, Ruega por nosotros.
Causa de nuestra alegría, Ruega por nosotros.
Vaso espiritual de elección, Ruega por nosotros.
Vaso precioso de la Gracia, Ruega por nosotros.
Vaso de verdadera devoción, Ruega por nosotros.
Rosa Mística, Ruega por nosotros.
Torre de David, Ruega por nosotros.
Torre de marfil, Ruega por nosotros.
Casa de oro, Ruega por nosotros.
Arca de la Alianza, Ruega por nosotros.
Puerta del Cielo, Ruega por nosotros.
Estrella de la mañana, Ruega por nosotros.
Salud de los enfermos, Ruega por nosotros.
Refugio de los pecadores, Ruega por nosotros.
Consoladora de los afligidos, Ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, Ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles, Ruega por nosotros.
Reina de los Patriarcas, Ruega por nosotros.
Reina de los Profetas, Ruega por nosotros.
Reina de los Apóstoles, Ruega por nosotros.
Reina de los Mártires, Ruega por nosotros.
Reina de los Confesores, Ruega por nosotros.
Reina de las vírgenes, Ruega por nosotros.
Reina de todos los Santos, Ruega por nosotros.
Reina concebida sin pecado original, Ruega por nosotros.
Reina llevada al Cielo, Ruega por nosotros.
Reina del Santísimo Rosario, Ruega por nosotros.
Reina de la paz, Ruega por nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, óyenos Señor,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.


OREMOS:


Bendito sea el Señor ¡alabado sea el Señor! Bendito y alabado sea el Señor, a El el honor y la gloria; a ti el cetro y el Poder Señor porque solo tu tienes palabras de Vida Eterna, y nosotros hemos creído que tu eres el Hijo de Dios ¡bendito seas Señor! Escucha Padre Santo nuestra Oración y que por Intercesión de María Santísima...




...todos los enfermos que recen este Santo Rosario, reciban de ti la salud, la misericordia. Padre Bueno ¡Padre Santo! Sea Bendito tu Nombre de generación en generación; Padre, tu haces proezas con tu brazo, derribas del trono a los poderosos y enalteces a los humildes, hoy Padre Santo los que hemos rezado este Rosario, confiamos plenamente en el amor que le tienes a María Santísima, y por Intercesión de ella te pedimos Padre Bueno, Padre Misericordioso: sánalos, sana a los enfermos; contempla el rostro de María, la creatura mas amada por ti, contempla esos ojos, contempla esas manos. Padre, ella nos ama, ella Intercede por nosotros ante tu Trono divino, Padre ¡sana a los enfermos; Padre, escucha nuestra súplica!

Jesús el Señor, Jesús el Mesías, Jesús el Redentor, Jesús el Hijo de Dios, Jesús mi Señor: creo que eres el mismo ayer, hoy y siempre; creo mi Jesús que tu escuchas a María Santísima, aquel primer milagro que hiciste Señor lo hiciste porque ella te lo pidió. Hoy en el nombre de María Santísima te pedimos que liberes a las almas que con fe han rezado este Santo Rosario; libera a las familias de la opresión de Satanás, Jesús; libera a los enfermos Jesús. Jesús mi Señor ¡ten compasión de los enfermos, ten compasión de los tristes!, ten compasión de los oprimidos por los vicios; libera a los jóvenes. Aleja de los hogares el odio, la infidelidad, el rencor, la falta de respeto, el desamor ¡ven Jesús y toca a tus enfermos! Por tu vida, pasión y muerte, por tu gloriosa resurrección y ascensión a los Cielos, por la venida del Espíritu Santo, por tus cinco preciosas llagas, por el Poder de tu Sangre, por tu quinta llaga, por las lágrimas de María Santísima, por el Poder de tu Iglesia, por tu presencia en el Sacerdocio, en el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, que tus enfermos que han rezado este Rosario queden sanos y liberados ¡abre Señor las compuertas del Cielo para tus pobres; derrama la salud, derrama la paz, derrama la Gracia, derrama el amor, derrama la abundancia!


Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos Señor de todo Mal.


Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las suplicas que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todos los peligros ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas Gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Bendita sea tu Pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día: alma, vida y corazón; mírame con compasión, no me dejes Madre mía sin tu Santa Bendición ni de noche ni de día. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado original concebida (3 veces).




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